Los vecinos de Wuhan, en China, han encontrado en el baile el remedio perfecto para olvidarse durante unos minutos de la pandemia de coronavirus y el duro confinamiento que han tenido que sobrellevar para vencer al virus.

Decenas de personas se reúnen diariamente junto a la orilla del río Yangtze para mover el esqueleto y realizar coreografías en grupo perfectamente coordinadas con la música, eso sí, siempre respetando la distancia física.

Hasta los más pequeños han descubierto este poder terapéutico y se han unido a los bailes.