La policía de Nueva York ha iniciado una investigación después de que se recibieran llamadas de vecinos de Brooklyn quejándose por el mal olor que presuntamente provenía de decenas de cuerpos almacenados, frente a una funeraria, en camiones de la cadena U-Haul, normalmente alquilados por horas para mudanzas, y que los agentes pudieron apreciar en estado de descomposición.

Una llamada aseguró incluso que "salía sangre de uno de los camiones", tras lo cual agentes fueron enviados a la funeraria donde el personal sacaba cuerpos de estos camiones de mudanza para luego tratar de ubicarlos en un camión refrigerador o morgue móvil, indica el periódico digital 'amNY'.

Una fuente policial concretó posteriormente a 'ABC News' que dos remolques sin refrigerar en el exterior de la funeraria de Andrew T. Cleckley contenían cada unos 50 cuerpos.