En Alemania, en Australia o en Taiwán. A la misma hora, en hasta 72 países de forma simultánea, 120.000 corredores han participado en esta carrera benéfica que es única en el mundo. Ya sea de noche o bajo la lluvia, el objetivo es recaudar fondos para la investigación de las lesiones en la médula espinal. Una prueba diferente y especial, porque no hay una línea de meta al final del recorrido. Los participantes tienen que corren lo más lejos posible hasta que son pasados por una línea de meta en movimiento: un coche que sale 30 minutos después del pistoletazo de salida.