Los bomberos llegan a esta planta de procesamiento en Indianápolis. Un trabajador ha caído a 9 metros de profundidad en este silo  y se ha quedado semienterrado. La gravilla le ha succionado, actuando como arenas movedizas. El equipo de rescate se enfrenta a una operación muy delicada. La gravilla le llega hasta la altura de su pecho y cualquier movimiento puede enterrarle, todavía más. Utilizan un camión para eliminar la grava que le succiona. Y comienzan a colocar las cuerdas que utilizarán para subirle a superficie. Los rescatistas están arriesgando su vida para ponerle a salvo. En todo momento el hombre está despierto y se queja de la presión que siente en sus piernas. Después de casi 8 horas semienterrado, los bomberos consiguen rescatarlo. El hombre es trasladado al hospital con heridas leves.