Ocurrió en la ciudad japonesa de Heyuan, donde un ladrón decidió dar marcha atrás en el último momento tras robar a su víctima en un asalto en un cajero automático.

Cuchillo en mano, obligó a la mujer a que le diera los 370 euros que acababa de sacar del cajero para, después, pedirle que entrara en su cuenta para sacar todo el dinero que tuviera en ella.

Pero cuál fue su sorpresa al descubrir que tenía 0 euros, ante lo que decidió devolverle el dinero entre sonrisas. Tras ser detenido, explicó que buscaba una cuenta más suculenta para poder pagar una cirugía a la que se tenía que enfrentar uno de sus hijos.