Es el evento del año. La Super Bowl, retransmitida en 25 idiomas en 180 países, vista en más de 100 millones de televisores. Más de cuatro horas de partido que dan unos beneficios millonarios: desde las entradas, que pueden llegar a costar 430 mil euros, hasta los anuncios por los que las marcas pagan cuatro millones y medio. Levanta pasiones, reúne amigos, familias, todos alrededor de un televisor y bien acompañados de comida. Se consumen más de 1.300 millones de alitas de pollo y 1.200 millones litros de cerveza. Una noche de excesos, en todos los sentidos, seguida por una celebración que no ha hecho más que empezar.