Un grupo de turistas encontró varada este viernes a una tortuga marina en una playa de Sanya, en la provincia de Hainan, en el sur de China. Los bañistas llamaron a la Policía inmediatamente. Los agentes encontraron al animal tumbado sobre su caparazón en la arena. El gran ejemplar, de unos 95 centímetros de largo y 76 centímetros de ancho, estaba demasiado débil para moverse. Incluso en el mes de enero, las temperaturas en Sanya son bastante altas. Protegiendo a la tortuga con una sombrilla y manteniéndola húmeda con cubos de agua, un equipo de expertos trasladó después al animal para evitar que muriese deshidratado.