Estamos posiblemente ante la taza más cara del mundo. Su nombre, Qianglong y su valor, 25,6 millones de dólares. Con cuidado han enseñado los dibujos que la decoran. Las primeras manos que conoció fueron las del emperador Qiang en el siglo XVIII.

La taza cobra una mayor importancia al estar hecha con porcelana de la época y contar con adornos dibujados con esmalte importado, una auténtica proeza por aquel entonces. Para los interesados, la subasta se celebrará el próximo otoño en Hong Kong, China. Y con un distintivo nos garantizarán que en nuestras manos tenemos una auténtica joya.