Inspirándose en unos dibujos animados que veía de niño, Zhao Deli vendió su apartamento para costear su sueño: construir una moto voladora. Este inventor de Dongguan, una ciudad del sur de China, ha invertido grandes cantidades de dinero en este proyecto, que por ahora sólo se ha materializado en un modelo de pruebas (la carrocería exterior del vehículo aún necesita últimos retoques).

Zhao espera completar el proyecto el próximo año, y lanzarlo para su producción masiva y comercialización, que sueña con extender también fuera de China. Los potenciales compradores podrían adquirir este ingenio volador a un precio de entre 38.000 y 50.000 yuanes (5.500-7.200 dólares estadounidenses).

El inventor cree que su moto voladora puede tener múltiples usos, desde la mensajería a la construcción o el mantenimiento, aunque Zhao también espera ver estos vehículos en misiones de seguridad policiales o incluso en el estamento militar, dotando el aparato con diversos tipos de armamento. Preguntado sobre si el ejército le ha contactado para una posible cooperación, se muestra sin embargo muy cauto: "No puedo hablar de ello en este momento", se excusa.

Zhao piensa que este vehículo volador puede ser una eficaz solución para reducir los atascos de tráfico, y predice que en cuestión de 20 años habrá un "boom" en el tráfico aéreo intraurbano con este tipo de aparatos. Para que ello ocurra, confía en que el Gobierno chino apruebe regulaciones para definir y normalizar el uso de drones tripulados en zonas urbanas del país.