El fuego parecía insaciable. Seis horas estuvo devorando el monte. Su bocado al paraje de Punta Camarinal, en Tarifa, convierte los árboles en esqueletos negros y deja los ánimos de los vecinos calcinados.

Esta vez la víctima de las llamas ha sido el paisaje situado cerca de la playa gaditana de Bolonia. Durante toda la tarde de ayer se veía con preocupación cómo los más de treinta grados y las rachas de viento de casi sesenta kilómetros por hora aumentaban la amenaza de las llamas. Pero al final de la tarde, y con más de 150 medios trabajando, el miedo y el fuego quedaron estabilizados. Hoy una decena de bomberos continúan las labores de extinción porque la situación no está controlada y Andalucía sigue en alerta por riesgo de incendios.