Año y medio después de que su padre llegara a la Casa Blanca, Ivanka ha anunciado el cierre de su marca de ropa. El negocio se había convertido en un lastre para la hijísima de Trump, que también es asesora del presidente. La firma de moda fue objeto de críticas, desde su toma de posesión, por los posibles conflictos de intereses.

Además, la marca sufría pérdidas. Sí se disparó la venta online en algunos países, como China, pero en Estados Unidos algunas tiendas dejaron de vender su marca y muchos ciudadanos se unieron al boicot. Ivanka ya había abandonado la gestión de su empresa, que creó en 2014.