A las once de la noche los operarios han comenzado a echar el líquido antideslizante por las calles de Pamplona. Con la ayuda de un cepillo esparcen durante diez horas hasta mil 500 litros de esta sustancia que produce un efecto ventosa en algunos recorridos del encierro.

El objetivo es evitar esto que tanto los toros como los corredores acaben en el suelo. Con este tratamiento se mejora la adherencia de las pezuñas de los astados se evitan los resbalones y en definitiva los Sanfermines sean menos peligrosos.

Se aplica desde hace 13 años y desde entonces los encierros son una media de 40 segundos más rápidos.  Ya está casi todo a punto a falta de tres días para que comiencen los Sanfermines.