La imagen, la valoración, el respeto, la admiración,...cuando todo esto es importante, sólo en redes sociales aparece el primer síntoma. Si además la persona es adolescente el problema es bastante peor. Dicen los expertos que la depresión en adolescentes se dispara por las redes sociales.

Una baja autoestima, un físico que no gusta, una burla y una falta de seguidores puede acabar en episodio depresivo. La felicidad basada en un like, en pertenecer a un chat o en comentarios malos o buenos sobre la aparente vida del adolescente. Los expertos lo llaman 'la depresión invisible'. No aparece en la vida física del adolescente, aparece en la pantalla de su móvil, y es difícil que ellos mismo reconozcan el problema.