Al menos siete personas han muerto y más de dos millones de hogares han quedado aislados por la feroz tormenta, acuñada Riley, que ha sacudido el noreste de los Estados Unidos con fuertes vientos, lluvias implacables e históricas inundaciones. La tormenta azotó Nueva York y Nueva Jersey con fuertes nevadas y ha dejado olas gigantescas que se han convertido en una amenaza para los vecinos de la costa de Massachusetts.

Más de 200 guardias nacionales se unieron a una operación de rescate y más de 1.800 personas fueron alertadas para abandonar sus hogares. Virginia y Maryland declararon el estado de emergencia el viernes. Los siete fallecidos, incluidos dos niños, murieron tras caérseles encima árboles o algún tipo de mobiliario.