Hasta cincuenta disc jockeys y animadores de todos los rincones del mundo han desafiado literalmente la gravedad para alcanzar el máximo nivel de baile.

Durante un vuelo de hora y media de duración, y bajo la supervisión de varios astronautas, estas estrellas internacionales de todos los continentes han podido escuchar música electrónica en una nave ingrávida. Una experiencia única que les ha permitido sentirse y moverse como nunca al ritmo de sus temas favoritos.