No es que Sherman sea un erizo-perezoso. Tampoco tiene una enfermedad en las patas. Su problema es que está gordo, demasiado para caminar. Lo descubrieron en esto zoo de Israel cuando alguien lo trajo, preocupado porque estaba en la calle parado. Sherman pesa 1.6 kg, el doble de lo que debería. Y le pasa a mucho erizos. Se han aficionado a robar la comida que la gente deja para los gatos en los parques. Así que ahora le han puesto a dieta, y estricta. Tiene sobrepeso, no puede volver a la naturaleza, ni siquiera puede hacerse bola para protegerse. Lo estamos ejercitando, cuenta su cuidadora. Este erizo glotón ya ha perdido 120 gramos. Calculan que podrá volver a casa en verano. Una operación bikini de lo más salvaje.