Una formación rocosa en medio del mar y en el centro este pequeño faro. Es Thridrangar y está situado a 10 kilómetros de las costas de Islandia. Rodeado por todas partes de la inmensidad del Atlántico, este faro, construido en 1939 es, literalmente, inaccesible. Desde su construcción los fareros tenían que vivir en el peñón pues solo podían salir y entrar los pocos días en que el mar estaba en calma. Ahora todos los procesos están automatizados y quienes se atreven a visitarlo tienen que llegar en helicóptero.