Conduciendo a 160 kilómetros por hora con un coche robado. Parecía ser una persecución de tantas en Estados Unidos. Una mujer de Ohio había denunciado el robo pocos minutos antes. El conductor no parece tener demasiado control al volante y, antes de que lo pierda por completo, la policía le embiste por detrás.

Los agentes salen corriendo de sus coches completamente armados, se disponen a sacar al conductor por la fuerza cuando se llevan una gran sorpresa. El ladrón es un niño de tan solo 10 años.