Detrás de su sonoro nombre –Skunklock– se esconde el que promete ser el candado anti-robos más efectivo. Esta cerradura, inventada por el emprendedor estadounidense Daniel Idzkowski, busca terminar de una vez por todas con la desagradable sensación de volver a por nuestra bicicleta y descubrir que un caco nos la ha usurpado. 

Además de mejorar la resistencia del material con que está hecho, el candado liberar una sustancia que se pega al ladrón y le provoca vómitos. Casi de manera inmediata, Skunklock dificulta la respiración del caco invitándole a no volver a robar bicicletas nunca más. El nombre del candado responde a la palabra anglosajona 'Skunk' para referirse a las mofetas.