Cuando Trina Hibberd, una mujer de Queensland (Australia), escuchó ruidos a las 4.30 de la madrugada en su habitación no podía imaginar la sorpresa con la que se iba a encontrar. 

Una pitón de casi 5 metros de largo y 30 kilos se había colado en su casa y campaba a sus anchas enredada entre sus cuadros y sus muebles y llegando a alcanzar su cama.  

Aterrada ante la visión, Trina no dudó en pedirle ayuda a David Goodwin, un capturador de serpientes que consiguió sacarla de la casa y llevarla a una planta de residuos, donde la habían solicitado para poder hacer frente a una plaga de ratas.