A sus 26 años, Evan Spiegel tiene la vida solucionada. Ha fundado una de las redes sociales del momento (Snapchat), es habitual de las revistas del corazón (está prometido con Miranda Kerr y se le relacionó con Taylor Swift) y va camino de convertirse en el nuevo nombre a seguir en las grandes compañías tecnológicas, con una diferencia sobre Facebook, Google o Apple: lejos de instalarse en Silicon Valley, la firma tiene su sede en Los Ángeles.

Será en marzo cuando la red social salga a bolsa en lo que se espera que sea uno de los grandes movimientos tecnológicos del año. Y Spiegel podrá colgarse la medalla de estar al frente de una de las firmas más prometedoras del parqué.