En Groenlandia, lo más importante no se encuentra en la superficie, sino en todo lo que está escondido bajo el hielo. Desde la Guerra Fría, esta isla ha sido un punto clave para la seguridad militar, como demuestra la actual relevancia de la base aérea de Thule. Sin embargo, la crisis climática está desvelando no solo residuos peligrosos ocultos bajo el hielo, sino también oportunidades económicas, al exponer minerales críticos para la transición energética, como tierras raras. Esto ha intensificado la competencia entre Estados Unidos, Rusia y China por influir en la región, mientras Groenlandia navega entre la búsqueda de mayor autonomía y el desafío de proteger su entorno.

Paralelamente, el reportaje explora las tensiones internas en Groenlandia, donde el deseo de independencia choca con la dependencia económica de Dinamarca y las preocupaciones medioambientales de la población local frente a los proyectos mineros. La isla se encuentra en una encrucijada: sus recursos naturales podrían impulsar su economía, pero a costa de sus ecosistemas y formas de vida tradicionales. A medida que el deshielo del Ártico redefine las rutas comerciales y altera el equilibrio climático global, Groenlandia se convierte en un escenario estratégico, político y ambiental, con implicaciones que van mucho más allá de sus fronteras.