Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Vladimir Putin ha utilizado la amenaza nuclear como herramienta estratégica para limitar el apoyo militar de la OTAN y sus aliados. Este enfoque se enmarca dentro de lo que se conoce como nuclear war bargaining, una estrategia de negociación que emplea la amenaza de un conflicto nuclear para buscar acuerdos sin llegar a la escalada definitiva. Las movilizaciones nucleares parciales, pruebas estratégicas y reformas doctrinales son ejemplos de cómo Rusia ha jugado este peligroso juego de señales, adaptando su doctrina nuclear para incluir escenarios más amplios, lo que aumenta la incertidumbre y el riesgo de un conflicto directo con Occidente.

La reciente reforma de la doctrina nuclear rusa, aprobada en noviembre de 2024, introduce conceptos más flexibles y ambiguos, como considerar una amenaza convencional con participación de un estado nuclear como justificación para el uso de armas nucleares. Estas actualizaciones incluyen nuevas definiciones sobre qué constituye una amenaza existencial, así como respuestas frente a ejercicios militares cerca de Rusia o intentos de aislamiento estratégico. Aunque oficialmente el uso de armas nucleares sigue siendo un último recurso, la doctrina refleja una postura más agresiva en un momento en que la guerra en Ucrania se encuentra en un punto crítico, con divisiones claras entre los aliados occidentales sobre cómo lidiar con Rusia. El trasfondo de estas maniobras nucleares se puede analizar a través de teorías como la "escalera de escaladas" de Herman Kahn, que ayuda a identificar puntos clave para evitar una confrontación total, y la teoría del loco (MADMAN), que Putin parece emplear al proyectar una imagen de imprevisibilidad. Aunque el presidente ruso ha mostrado hasta ahora ser un actor calculador más que irracional, la incertidumbre sobre sus verdaderas intenciones mantiene al mundo en vilo. El desafío para Occidente, particularmente para la OTAN y Estados Unidos, es manejar estas dinámicas de disuasión con cautela, evitando un conflicto nuclear bajo la premisa fundamental de que nadie puede ganar una guerra de esta naturaleza.