A Emmanuel Macron no lo van a ver "buscando a Nemo" porque está siempre detrás de él, moviendo la cola, feliz. Desde que la pareja presidencial lo adoptó hace unos meses, no se separa del presidente. De hecho, dicen que lo pasa mal cuando se va de viaje. Así que el otro día, durante una reunión con tres secretarios de Estado, Nemo decidió -posiblemente para llamar su atención- orinar en la lujosa chimenea. ¿Lo hace habitualmente?, pregunta entre risas un secretario. Qué va, dice Macron, "has desencadenado en mi perro un comportamiento totalmente inusual". Lógico. Debía de estar triste el animal por tanta reunión y tanto viaje... Porque seguro que Macron ya se ha dado cuenta de una cosa. El día que pierda su tirón, cuando la popularidad caiga, Nemo seguirá ahí. Detrás de él, moviendo la cola, leal hasta el final...
Mundo
Mundo
Hong Kong, más China y menos global: el incierto futuro de la metrópolis de Asia
Mundo
El Corredor Interoceánico de México, ¿la gran alternativa a la muerte del canal de Panamá?
Mundo
El canal de Panamá se está muriendo y no existe solución fácil al problema
Mundo
Las 7.000 nuevas islas de Japón: un escudo económico y militar frente a China
Mundo
La jugada inesperada de los piratas de Yemen: cerrar los estrechos del mar Rojo y Ormuz
Mundo
Rusia prepara la nueva ofensiva en Ucrania: una guerra larga y con muchas más armas
Mundo
El metro de Gaza. La guerra entra en los túneles.
Mundo
¿Se acerca el pistoletazo de salida hacia una nueva carrera nuclear?
Mundo
Los Emiratos buscan recuperar su ancestral poder marítimo más allá del gofo
Mundo
La guerra en tres fases de Israel: bombardeos, invasión ¿y después?
Mundo
El objetivo de Israel más allá de Gaza: nadie está mirando en el polvorín de Cisjordania
Mundo
Fentanilo: el triángulo de la droga que enfrenta EEUU con China y México