Los 128 pasajeros del avión de Air Canada que este lunes efectuó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Barajas salieron ilesos tras varias horas dando vueltas en círculo sobre Madrid sin un motor que propulsara el aparato. Con esta maniobra, el piloto consiguió llegar con el peso mínimo a un aterrizaje que efectuó sin un rueda.

Fue este elemento el que provocó el incidente. Poco después de despegar de la capital española hacia Toronto a las 14:33 horas, la explosión de una rueda alertó a la tripulación, que informó a la torre de control de que había sufrido un fallo en el tren de aterrizaje. El caucho del neumático se introdujo en uno de los dos motores. 

Tras conocer el incidente, los controladores avisaron a los servicios de emergencias, que en pocos minutos desplegaron un amplio dispositivo a lo largo de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid, que reservó la pista más larga que tenía para asumir el peligroso aterrizaje mientras el Boeing 767 sobrevolaba durante cinco horas el espacio aéreo madrileño.

Tiempo antes del aterrizaje un caza F-18 del Ejército del Aire se situó en paralelo con el avión de Air Canada para comprobar los daños desde fuera, en una maniobra que es habitual dentro del protocolo de actuación en aviación. Después de tomar tierra con éxito, los operarios pudieron comprobar que la rueda causante de la avería se encontraba sin goma y medio destruida.