Terminados los testigos policíales de la Fiscalía de las últimas semanas, volvió el turno para los políticos. Esta vez, los testigos llegaban citados por las defensas y por la acusación de VOX.

El martes, lo que se avecinaba como un plato fuerte, la comparecencia del vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, finalmente no tuvo lugar. Aragonés se acogió a su derecho a no declarar ya que tiene otra causa abierta en el Juzgado 13 de Barcelona.

Quienes si declararon fueron varios exconsellers quienes dimitieron o fueron cesados en los prolegómenos de la celebración del 1-O.

El miércoles fue el turno del exdirector de los Mossos, Albert Batlle, quien también fue cesado y quién dejó entrever las razones políticas detrás de su despido.

El último día reapareció la figura de Manuel Marchena para poner orden entre los testimonios de varios testigos de la defensa que parecían haber ido a dar sesiones de cátedra sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos.