Se jugaba el partido más importante de lo que va de año en la Ligue 1. El Olympique de Lyon recibía al PSG. Los equipos saltaban al campo y a Thiago Silva le acompañaba un niño vestido del OL, es decir, en camiseta y pantalón corto. El niño estaba muerto de frío. Primero Thiago le frotó para darle calor, pero no fue suficiente. El capitán del PSG hizo esperar a sus compañeros para saludar a los rivales, se quitó su chaqueta y envolvió al niño con ella. Un pequeño gesto de generosidad que le honra.