El colombiano Rigoberto Urán, segundo clasificado en el pasado Tour de Francia, protagonizó una escena bochornosa durante una entrega de premios en la carrera Colombia Oro. Después de recibir su trofeo, pidió a la azafata, cuando ésta ya se iba, que volviera y le diera un beso. En un momento en el que se está luchando contra la objetivización de la mujer en el deporte, especialmente en el ciclismo, es un acto totalmente fuera de lugar.