El lunes 19 de abril las portadas de los principales periódicos europeos anunciaban la muerte del fútbol tradicional a manos de la llamada Superliga Europea. Una competición creada por 12 grandes equipos de España, Italia e Inglaterra con el objetivo de tumbar la hegemonía de la UEFA y, según ellos, salvar el fútbol de la bancarrota.

Menos de 48 horas después nuevas portadas de los mismos periódicos anunciaban la muerte de la misma competición por un Brexit deportivo a la Superliga, encabezada por los equipos británicos. 

En el centro de esta revolución fallida de los más ricos, el gran protagonista -y de momento también el gran perdedor - es Florentino Pérez, el hacedor de galácticos y el hombre que venía con su Superliga a "salvar el fútbol".