Hará falta esperar la conclusión del largo recorrido judicial que espera tanto a los miembros de esa aparente ‘brigada pepera policial’ destinada a filtrar noticias siguiendo la conveniencia de sus jefes políticos desde la División Acorazada Operativa, como a ese traficante de información llamado ‘comisario Villarejo’, para poder conocer claramente las responsabilidades penales de cada uno de ellos, pero antes incluso de las sentencias ya hay muchas ideas que parecen cada vez más evidentes.
Como que figuras como VillarejoMartín Blas o el CNI de Sanz Roldán eran valiosas fuentes de información para todo el corrillo mediático y que estos, en ocasiones se convirtieron no sólo en destinatarios de información, sino también en los ‘floretes’ que usaban estos en sus duelos y guerras personales.


La última sorpresa es que el editor de Público, el mayor aliado de Martín Blas en sus guerras contra Villarejo, ahora parece haberse convertido en su último aliado en una vuelta de tuerca que ha incluido la ruptura con Patricia López. Esto más que un combate para limpiar el periodismo, parece, una vez más, una lucha entre grupos: el grupo en que está el Sr. Roures contra el grupo en que está Mauricio Casals. ¿Y Pablo Iglesias? ¿Y Ferreras? ¿Simples fichas en esta batalla donde mandan otros?