La misteriosa 'enfermedad' que mata a los moái de la Isla de Pascua

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Las estatuas moái se mueren por una 'lepra'
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Las estatuas moái se mueren por una 'lepra'

Las icónicas estatuas de la Isla de Pascua están en una situación crítica. Su color se ha vuelto blanquecino por una 'lepra' que se extiende sin control por las figuras. (Foto: Reuters)

El ser humano no es el culpable
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El ser humano no es el culpable

En este caso, y sin que sirva de precedente, el ser humano no tiene la culpa de la aparición de esta enfermedad sino que son unos líquenes los que se han adherido a sus cabezones. (Foto: Reuters)

Pero sí es responsable
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Pero sí es responsable

Los habitantes de la isla están buscando financiación para poder pagar la cuidadosa y costosa limpieza que necesitan las figuras para no perder sus rostros. Veremos si alguien responde. (Foto: Reuters)

Perder sus rasgos
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Perder sus rasgos

El problema no es solo que puedan perder su color sino que estos líquenes pueden provocar que los rasgos de las figuras desaparezcan convirtiéndose en meros rectángulos de piedra. (Foto: Reuters)

Un monumento único
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Un monumento único

De seguir como hasta ahora, en unos 100 años podríamos perder un monumento único en todo el planeta que está protegido por la UNESCO. (Foto: Reuters)

¿Y si lo pagan los que se los llevaron?
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¿Y si lo pagan los que se los llevaron?

Una de las ideas de los expertos que intentan salvar estas figuras pasa por que sean los propios países que en el pasado se llevaron alguna de estas figuras (como Reino Unido) los que paguen la limpieza de los mismos. (Foto: Reuters)

El moái sigue impasible
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El moái sigue impasible

Mientras la 'lepra' avanza los moáis siguen esperando, impasibles, a que el tiempo y la generosidad humana decidan su futuro. (Foto: Reuters)

En solo 100 años, las emblemáticas esculturas de piedra que protegen la costa de la Isla de Pascua podrían ser poco más que simples bloques rectangulares. Estas icónicas esculturas conocidas a nivel mundial viven un momento crítico, y los humanos, curiosamente no tenemos la culpa, aunque sí podemos ser culpables si no las salvamos. 

Docenas de estatuas gigantescas moái dominan las laderas que rodean el humedal Rano Raraku de la isla, pero enfrentan la amenaza de lo que los lugareños describen como una especie de lepra, manchas blancas que aparecen en sus fachadas icónicas. Provocado por líquenes, una unión de hongos y algas, estos organismos devoran las esculturas, suavizándolas hasta obtener una consistencia similar a la arcilla y deformando sus características.

Ahora, los habitantes de la isla y los amantes de estas icónicas esculturas están buscando financiación para lograr, a través de una cuidadosa y laboriosa limpieza, salvar estas grandes cabezas de su desaparición. Falta saber si alguien se prestará a hacerlo. 

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