Un caza F-18 rompe la barrera del sonido en las costas de Mallorca y es tan solo dos tercios de la velocidad que puede alcanzar. El fenómeno físico hace que un enorme cono neblinoso explote en su cola. Desde la cubierta del portaaviones USS Abraham Lincoln el paso de la aeronave se ve como el vuelo de una mosca. Aparece de repente frente a la vista y se evapora en las alturas en cuestión de segundos.
Acto seguido, otro F-18 surge en el horizonte y cruza la cubierta dando unas piruetas. Luego los dos cazas vuelan en paralelo. Ambos aviones están haciendo unos pases de exhibición para celebrar la llegada a costas españolas de este portaviones emblemático, uno de los once monstruos navales que forman parte de la Armada de Estados Unidos.