Hasta hace nada parecía algo de lo más futurista. Nadie imaginaba que el coche autónomo estuviese a punto de llegar, pero Waymo quiere acabar de un plumazo con todas esas dudas. La compañía de Google ya ha empezado incluso a cobrar a los usuarios que quieren usar uno de sus vehículos en varias zonas de Phoenix en las cuales llevan circulando (en pruebas) desde 2016.
Es la primera empresa en llegar a generar ingresos con automóviles sin conductor y hay quién ha decidido aprovechar este momento para probarlos. Es verdad que aún cuentan con un conductor de emergencia para evitar cualquier percance y los atrevidos usuarios que lo han testado aseguran que todavía el coche tiene fallos de autonomía en cuanto a las decisiones bruscas y al ritmo del viaje, pero el proyecto significa un gran avance para el sector.
De momento no tiene pinta de que Waymo One, como han denominado a este nuevo servicio, vaya a salir de la zona en la que llevan moviéndose desde hace dos años, pero el solo ver cómo cualquier ciudadano puede coger uno de estos coches y viajar a un punto a otro de una ciudad sin que nadie conduzca dicho artefacto demuestra que el futuro está más cerca de lo que a veces pensamos.