¿Se acuerdan del 'dieselgate'? ¿El escándalo de manipulación en el nivel de emisiones contaminantes que producían estos coches? Pues los efectos de aquella tormenta tecnológica, empresarial y ecológica que tuvo a Volkswagen en el epicentro de la tormenta siguen estando muy vigentes. No sólo en la reputación de estos automóviles o del fabricante alemán. También hay efectos palpables. Como los 37 campos estadounidenses donde la factoría europea concentra miles de estos vehículos a la espera de saber que hacer con ellos.
En Estados Unidos, por miedo a medidas legales y ante la contundencia de las autoridades locales, los responsables de la compañía decidieron iniciar una lenta pero continuada compra de vehículos. Más bien recompra. Una operación que les ha costado 7.400 millones de dólares, aproximadamente. Y ese coste viene de adquirir en este tiempo un total de 350.000 coches afectados.
De acuerdo con los informes jurídicos, el 31 de diciembre de 2017 Volkswagen había adquirido 335.000 vehículos diésel, de los que se pusieron a punto y vendieron 13.000. Además se destruyeron unas 28.000 unidades. Así estos almacenes al aire libre cuentan con un total de 294.000 coches almacenados.
Pero, ¿dónde se encuentran? Pues según la agencia Reuters hablamos de una fabrica en Minnesota, un terreno junto a un aeropuerto de mercancías en California o un campo de rugby en Detroit. El polvo cubre lo coches dando una imagen fantasmagórica. Sin embargo, los responsables afirman que se guardan en buenas condiciones, a la espera de reajustar sus sistemas y recibir autorización para ser recomericalizados.