No, no es un manga, aunque se parezca terroríficamente al ya clásico 'Ataque a los Titanes'. Pero el miedo es lo que tiene, que a veces es tan poderoso que te convence de necesitas construir muros aunque no veas nada al otro lado.
Muchas poblaciones del noreste de Japón llevan construyendo desde hace más de tres años un muro gigante de 400 kilómetros para intentar acabar con los posibles tsunamis como el que en 2012 asoló esa zona del país y estuvo a punto de provocar una catástrofe nuclear. No se ha vuelto a repetir otro igual, pero ellos se sienten mucho más seguros si tienen estos bloques de cemento delante.
Ahora, varios años después del inicio de la construcción, las obras del muro se empiezan a terminar dejando imágenes escalofriantes de paredes de cemento que separan a las poblaciones de la zona del bravo mar japonés. La polémica, eso sí, está servida. El coste del proyecto, el impacto del muro y, sobre todo, la funcionalidad del mismo está en entredicho. ¿El problema? Que no se podrá probar si de verdad funciona hasta que otra catástrofe llegue a la costa.