Tras toda la polémica que arrastra desde hace años el USS Gerald R. Ford, por fin ha podido empezar sus pruebas en alta mar. La pista de este superportaaviones, el más grande y caro del mundo (ha costado más de 13.000 millones de dólares, sin incluir unos de 4.700 en I+D), ha visto como volaban sus primeros cazas F/A-18 Super Hornet, 12 años después de que se empezase a construir. Aún es pronto para pronosticar cómo acabará este buque pero con el mal augurio que le ha acompañado durante tantos años, estas primeras pruebas satisfactorias son una gran victoria para sus creadores.
Este buque es el primer gran portaaviones de la clase Ford, y esta pensado para que sea el primer barco que empiece a sustituir a los castigados navíos de la clase Nimitz. Es un gigante de casi 340 metros de longitud y 76 metros de alto, capaz de desplazar más de 100.000 toneladas. Tiene espacio en cubierta para 75 cazas de combate y es la gran apuesta de Estados Unidos para cambiar la historia de la navegación militar.
Todo apunta a que cuando esté listo marque un antes y un después en este sector debido a sus sistemas punteros y a detalles como las salas de wifi para los tripulantes o su capacidad para multiplicar el número de operaciones navales reduciendo costes y personal.