Un verano más las llamas vuelven a consumir los ya castigados campos californianos. Después de que el fuego arrasara el Estado en 2015, 14 nuevos incendios forestales han quemado ya más de 18.000 hectáreas en la zona sur de California.
Las temperaturas récord que se han alcanzado en la zona han ayudado mucho a que las llamas se propagaran por todo el terreno y haya sido casi imposible contenerlas. Aunque las ciudades más grandes, como San Francisco y Los Ángeles, no corren peligro, el Estado más grande de Estados Unidos arde sin control.
Más de 3.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares en las zonas de Santa Bárbara, El Álamo y Whittier, las más afectadas por los incendios. Unos 5.000 bomberos se encuentran luchando contra el fuego en una batalla sin cuartel.