La New Horizons partió de la Tierra el 19 de enero de 2006 y pasó casi una década volando en dirección a su objetivo, Plutón (que todavía era un planeta cuando comenzó la misión), a 4.500 millones de kilómetros. Por el camino, en febrero de 2007, hizo una parada en Júpiter, donde cogió impulso gracias al campo gravitatorio del planeta para seguir su camino.
Su largo viaje vivió su momento cumbre hace ahora un año, el 14 de julio de 2015, cuando se acercó a la distancia mínima de Plutón y realizó las imágenes que nos ayudaron a poner cara al planeta enano. A bordo de la sonda, como homenaje póstumo, viajaban parte de las cenizas de Clyde Tombaugh, el granjero reconvertido en astrónomo que observó Plutón por primera vez en 1930.
Esta misión se concibió como un intento por aprender y entender algo más sobre este lejano planeta enano del que no sabíamos gran cosa. La simpatía general que despierta Plutón hizo que ese día todos los ojos mirasen a la valiente sonda y su simpático anfitrión. Un año después, conocemos más detalles de Plutón, y alguna de las fotos enviadas por la New Horizons ya nos resultan familiares.