Veinte ideas geniales que descubrimos gracias a los 'grandes inventos del TBO'

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 El 'voy volando'
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El 'voy volando'

Para cuando el tráfico es tan intenso que cruzar a pie es un peligro, el profesor Franz de Copenhague presentaba este invento. Tantos años después, nadie ha encontrado una solución mejor a este problema... excepto quizá los semáforos. 
 El Practic 2 en 1
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El "Practic 2 en 1"

El profesor Franz se fijó en que, al menos entre semana, la mayoría de los coches que se ven en los atascos solo van ocupados en su parte de delante. ¿No tiene por tanto toda el sentido crear un coche desmontable en dos partes? Una lógica aplastante.
 El Raja-rapid
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El Raja-rapid

¡Cortar queso y otros embutidos nunca será un problema! ¿Qué dicen? ¿Que tampoco era un problema hasta ahora? ¡No importa! ¡Todo se hace mejor con un invento del TBO!
 Para mantener el ritmo
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Para mantener el ritmo

No sabemos cómo se lamaba esta invención, pero su utilidad está bastante clara. Toda la familia caminando al mismo paso, para evitar que el hijo pequeño se distraiga y se pierda por andar leyendo el TBO.
 La Perforatus
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La Perforatus

Para los sufridos agricultores que se dejan la espalda arando sus tierras, el profesor Franz de Copenhague diseño la Perforatus, y la idea es indudablemente genial: no caves tú, que caven unos cuantos perretes. ¿Cómo convencerles? Plantnto huesos por toda tu huerta. ¿Sería más sencillo usar la máquina para arar directamente? Sí, pero entonces no serían los inventos del TBO.
 Un aparato para leer sin la menor molestia cuantos libros y revistas nos agraden
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Un aparato para leer sin la menor molestia cuantos libros y revistas nos agraden

Gacias a su funcionamiento, esta máquina elimina los pasajes o frases aburridos o molestos. "Muy conveniente para los libros que hoy corren llenos de sandeces e imbecilidades". Solo no funcionaba, claro, con el TBO, que ya pasaba por la máquina antes de llegar al quiosco, "y así no se desperdicia ni una coma".
 Unas gafas antivaho
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Unas gafas antivaho

Siempre pegado a las necesidades del ciudadano de a pie, el profesor Franz de Copenhague ideó este sistema de casco, gafas y elefante en un remolque para ayudar a los motoristas con el problema de las gafas empañadas.
 El coche más económico
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El coche más económico

El TBO publicó su propia apuesta por las energías renovables y el fin de los combustibles fósiles. Consistía en este modelo de automóvil equipado con un gran imán para aprovechar la atracción hacia otros coches, los remolcadores. 
 El 'Borramos contando contigo'
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El 'Borramos contando contigo'

Para evitar la tediosa tarea de borrar la pizarra en las escuelas, el profesor Franz ideó esta máquina, en la que tirando de unas arandelas, un solo alumno borraba una pizarra entera en un momento. En su descripción, asegura que ya se está utilizando en escuelas de toda Europa y que tiene la ventaja añadida de desarrollar los músculos del alumnado, "y ¡quién sabe si le preapra para futuro campeón de las olimpiadas!".
 La cuchara de aireación automática
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La cuchara de aireación automática

Como bien se argumenta en esta viñeta, cuando comemos fuera y la sopa viene muy caliente, tener que soplar para enfriarla le resta descanso a nuestra comida. Por suerte, el profesor Franz tuvo esta idea: dos fuelles bajo nuestros pies nos permiten insuflar aire que sale desde detrás de la cuchara y enfría nuestra sopa poco a poco. Solo hay que comer de pie e ir pisando un fuelle cada vez. ¿Verdad que así es mucho más descansado?
 El 'cine-periscopio'
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El 'cine-periscopio'

Bajitos del mundo: ¿no os gustaría que este invento existiese de verdad? ¿Un sistema para ver la pantalla del cine aunque la persona sentada frente a ti sea tan alta que te bloquee la vista? ¡El profesor Franz de Copenhague estaba en todo!
 El 'aquí lo dejo'
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El 'aquí lo dejo'

De nuevo pendiente de los problemas que aquejan a cualquier ciudadano de a pie, el profesor Franz quiso resulver esos molestos atascos que se forman cuando los camiones de reparto tienen que detenerse para descargar sus mercancías. Así que inventó un sistema en el que los camiones solo tienen que dejar al paso sus repartos enganchados en unas barras, como si fueran percheros y listo, ni siquiera tendrían que detenerse. ¡Adiós atascos!
 El salchichín
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El salchichín

Preocupado al ver lo que sufre un trompetista por el esfuerzo de soplar su instrumento, en este caso el profesor Franz de Copenhague creó un pulmón artificial, un enorme globo que se llena y se va vaciando poco a poco para hacer sonar el instrumento. El nombre proviene del mecanismo para controlar ese vaciado: un rotor hecho de salchichas que se mueve gracias a los perros que tiran de ellas para comérselas. 
 Un casco termostático
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Un casco termostático

¡Por qué para estar climatizado a su gusto debe usted quedarse entre cuatro paredes? ¡Salga a la calle tranquilamente y disfrute de la temperatura que usted quiera con este casco termostático!
 La máquina Dulcesorbos
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La máquina Dulcesorbos

Para fabricar mosto directamente del racimo a tu baso, este moderno invento no reparaba en detalles. Como una exprimidora de naranjas, pero mucho más del TBO.
 Sistema antirrobos
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Sistema antirrobos

Para cuando las alarmas y detectores no estaban tan perfeccionados como ahora, el profesor Franz de Copenhague creó este sistema antirrobo en el que un intento de entrada pinchaba el globo que sostenía los petardos sobre la llama de una vela. Sin globo, los petardos caían, comenzaba el estruendo y el ladrón huía despavorido.
 La peladora de pollos
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La peladora de pollos

Acostumbrados como estamos la mayoría a comprar el pollo ya desplumado, no entendemos la antipática tarea que suponía para muchas amas de casa tener que desplumarlos a mano. Este invento sí lo tenía en cuenta, y de hecho implicaba en la tarea también a los maridos, que eran los que debían accionar la máquina. 
 La 'máquina llamadora'
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La 'máquina llamadora'

¿Quién no ha pensado nunca que el esfuerzo de llamar al timbre de una puerta es demasiado, y que a estas alturas ya deberíamos haber encontrado un sistema que lo haga por nosotros? El profesor Franz de Copenhague lo hizo con este invento.
 El Carrusel
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El Carrusel

De nuevo, un invento pensado para mejorar la enseñanza. Todo son ventajas con este sistema giratorio para colocar los pupitres de los alumnos que permite al maestro dar clase, castigar y premiar a sus alumnos con solo pulsar un botón y sin gastar energías.
 La grúa incorporada
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La grúa incorporada

Gracias a este invento, nunca más haría falta esperar a que viniese a buscarnos a grúa, porque los coches llevarían una integrada que les permitiría remolcarse a sí mismos. 

Pasaron de ser una tira cómica a ocupar un lugar en la cultura popular. Los grandes inventos del TBO, con el profesor Franz de Copenhague a la cabeza, fueron un hito mediático en España durante décadas. Cautivaron la imaginación de toda una generación de niños y adolescentes españoles, desperando por el camino más de una vocación inventora.

"En una España aislada y autárquica, Los inventos del TBO eran una expresión de todos esos españoles que tenían que buscar soluciones ingeniosas a problemas cotidianos", explica Jordi Garriga, autor de 'Los últimos inventos de Ramón Sabatés'. Sabatés, uno de los dibujantes españoles más populares de los años 60, 70 y 80, fue uno de los distintos autores que inventaron para el TBO.

Perito industrial de formación, Sabatés fue el auténtico alter ego del profesor Franz de Copenhague, que se convirtió en una encarnación de esas ganas de inventar. Inventos los suyos disparatados, exagerados, extravagantes o desproporcionados. "Sabatés llegó a asegurar que todos sus 'inventos del TBO' podrían funcionar. No sé si sería para tanto, pero desde luego la base mecánica estaba ahí plasmada", bromea Garriga.

De hecho, Sabatés llegó a fabricar algunos de estos inventos: una máquina cortadora de puros (que probó un ministro franquista), una máquina para recoger la ropa sin agacharse y una caja expendedora de postales.

Los inventos del TBO no se quedaron solo en las páginas de los tebeos, sino que el concepto pasó a formar parte de la cultura popular. La expresión se sigue utilizando hoy, cuando muchos ya no recordamos aquellas publicaciones, para hablar de ingenios estrafalarios y complejos con funciones banales. 

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