En 2014, más de 22.000 proyectos consiguieron en Kickstarter la financiación que necesitaban para ponerse en marcha. El crowdfunding vino al rescate de ideas relacionadas con el arte, la tecnología o el ocio.
Pero que un proyecto reúna los fondos que busca no garantiza su éxito. Como Michael McGregor, vicepresidente de comunicación de Kickstarter, explicaba a Teknautas, apoyar económicamente un proyecto no es lo mismo que comprarlo. Aquí siempre existe el riesgo de que la cosa no termine bien, pero se compensa con el orgullo de ayuda a salir adelante una idea potencialmente revolucionaria.
Como muestra de que un éxito de recaudación no asegura un producto brillante, basta con echar un vistazo a las ideas que más dinero han obtenido en la historia de Kickstarter, y comprobar que mientras que algunas han superado las expectativas de los usuarios, otras no lograron coger el impulso que necesitaban.