Tras diez años viajando por el Sistema Solar, este miércoles la sonda Rosetta llegó por fin a su destino, el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko. Tras muchos cálculos y kilómetros para alcanzar el cometa y seleccionar el punto idóneo, los ingenieros de la Agencia Espacial Europea celebraban ayer el módulo Philae sobre la enorme roca para analizar el cometa. Una maniobra que no estuvo falta de incidentes e imprevistos.
El objetivo ahora es estudiar la composición y elementos de 67/P para conocer algo más sobre los orígenes del Sistema Solar y las claves de la aparición de la vida en la Tierra. Los cometas que se mueven por el espacio se consideran los cuerpos más antiguos del universo, por lo que podrían tener información sobre sus primeros momentos de vida. Además, los científicos creen que pudo ser un cometa el que trajese a nuestro planeta las bases moleculares orgánicas que dieron como resultado la vida terrestre.
Tras una década de trayecto, y muchos más años de cálculos y preparaciones, este 12 de noviembre era el momento clave. Rosetta subiría a la Humanidad a bordo de un cometa por primera vez en la historia. Desde el instante en el que Philae tocó tierra hasta que la sede de la ESA recibió la confirmación, se vivieron minutos de tensa espera que terminaron entre aplausos, abrazos y risas. El éxito era innegable, aunque el futuro es aún incierto.
Mientras, allí arriba, Rosetta, Philae y 67/P escenificaban la escena nunca vista. Estas son las imágenes que deja la misión.