La belleza posapocalíptica de la Venecia nigeriana, en imágenes

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Makoko es un enclave pesquero en el corazón de Lagos, la capital financiera de Nigeria. Erigido parcialmente sobre la laguna que da nombre a la ciudad, el poblado ha crecido desde finales del siglo XIX hasta convertirse en el barrio de chabolas flotantes más grande del mundo. Se calcula que aquí viven entre 150.000 y 300.000 personas, aunque no hay un censo oficial.

[Lea el reportaje entero]

Para el gobierno de Nigeria, Makoko es un tumor muy molesto que hay que extirpar. No porque carezca de agua potable, electricidad o recogida de basura, sino porque está a la vista de todo el mundo: cualquier empresario que vaya a Lagos a hacer negocios cruzará el Tercer Puente Continental y verá Makoko como la triste postal del país con más pobres de todo el planeta.

Cualquier persona que visite el barrio se adentrará en la neblina permanente que sobrevuela por Makoko, mezcla de polvo, humo y rayos de sol que rebotan en el espejo negro del agua, completando un cuadro de belleza posapocalíptica.

Es el paisaje de un profundo sueño a todo color, con extravagantes vestidos que parecen sacados de una cuenta de Instagram pop, miradas hipnóticas de jóvenes madres con ojeras viejas y gritos divertidos de niños elevándose sobre la miseria.

Esa que solo el poeta afroamericano Langston Hughes supo explicar: “La miseria ocurre cuando escuchas en la radio que el barrio en el que vives es un suburbio, pero tú siempre habías pensado que era tu casa".

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