Pagar a nuestros pescadores para que no pesquen

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El pescador griego Panagiotis Pagonis, de 72 años, y su amigo Dimitris Karapetsas a bordo del Katerina en las costas de Asprovalta, en Grecia | Reuters
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El pescador griego Panagiotis Pagonis, de 72 años, y su amigo Dimitris Karapetsas a bordo del "Katerina" en las costas de Asprovalta, en Grecia | Reuters

Dimitris Karapetsas intenta liberar a un pez atrapado en las redes, en la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters
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Dimitris Karapetsas intenta liberar a un pez atrapado en las redes, en la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters

Un trozo del Katerina, la barca de Pagonis, tras ser destruida en la ciudad de Asprovalta | Reuters
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Un trozo del "Katerina", la barca de Pagonis, tras ser destruida en la ciudad de Asprovalta | Reuters

Panagiotis Pagonis recoge las redes en su barca Katerina en las costas de Asprovalta | Reuters
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Panagiotis Pagonis recoge las redes en su barca "Katerina" en las costas de Asprovalta | Reuters

Una captura de gambas en el bote de Panagiotis Pagonis, en las costas de Asprovalta, Grecia | Reuters
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Una captura de gambas en el bote de Panagiotis Pagonis, en las costas de Asprovalta, Grecia | Reuters

Dimitris Karapetsas pesca en la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters
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Dimitris Karapetsas pesca en la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters

Un trabajador ante el Panagiotis antes de que el barco sea destruido, en la ciudad griega de Stavros | Reuters
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Un trabajador ante el "Panagiotis" antes de que el barco sea destruido, en la ciudad griega de Stavros | Reuters

El pescador Stelios Didonis a bordo del Panagiotis en el puerto de Stavros, Grecia | Reuters
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El pescador Stelios Didonis a bordo del Panagiotis en el puerto de Stavros, Grecia | Reuters

Una red del Katerina flota ante la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters
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Una red del "Katerina" flota ante la costa de Asprovalta, Grecia | Reuters

Panagiotis Ioannou corta madera en su astillero tradicional, en el puerto de Ierissos, Grecia | Reuters
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Panagiotis Ioannou corta madera en su astillero tradicional, en el puerto de Ierissos, Grecia | Reuters

Cientos de pescadores como Panagiotis Pagonis están destruyendo sus barcos en parte porque las capturas cada vez son más escasas pero también porque la UE y el Gobierno griego les ofrecen dinero para que abandonen su profesión, en un intento por proteger los caladeros, que han alcanzado un nivel crítico en el Mediterráneo. Esto tiene serias implicaciones para las personas que desde hace siglos han encontrado su sustento en las costas.    

 

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