La pasión por el tequila se ha extendido por todo el globo, desde Nueva York hasta Tokio. La venta de la bebida se ha transformado en una industria que mueve miles de millones, pero su producción sigue anclada en métodos tradicionales con siglos de antigüedad.
El precio del tequila se ha multiplicado por seis en dos años y ocho de cada diez botellas se exportan al extranjero. No obstante, su éxito también ha puesto en peligro las plantaciones de agave, la planta con la que se elabora el tequila.