Conductores y camioneros venezolanos forman convoys a la hora de transportar mercancías para protegerse mejor de los asaltos en carretera, cada vez más frecuentes. Dado que no pueden llevar armas por ley, tratan de avisarse los unos a los otros sobre posibles problemas y moverse lo más rápido posible.
A menudo no basta: el camionero Humberto Aguilar, de 36 años, pudo ver en enero cómo cientos de saqueadores asaltaban el convoy del que formaba parte, superando en gran número a los conductores. Por suerte para él, los ladrones se centraron en la leche, el arroz y el azúcar, mucho más valiosos, ignorando los vegetales que transportaba. “En cada ocasión me despido de mi familia, me confío a Dios y a la Virgen”, afirma.
En enero hubo 162 saqueos de este tipo comparado con 8 en el mismo período el año pasado, según Oswaldo Ramírez Consultores, una firma que monitoriza la seguridad del transporte por carretera para empresas privadas. Al menos ocho personas murieron en estos incidentes. Estos ataques están encareciendo el coste del transporte y el alimento en un país que ya sufre una hiperinflación desbocada.