La construcción de los prototipos del que podría ser el nuevo muro entre México y Estados Unidos que desea levantar el presidente Donald Trump ha comenzado en el área de Otay Mesa, en California. La idea es que, en la mayor parte de los 3.180 kilómetros de frontera, haya una verja que permita ver qué ocurre en el otro lado y que, en algunas zonas de mayor peligrosidad, exista un muro sólido, hecho con materiales consistentes como cemento.
Hay seis compañías seleccionadas en el proceso de licitación, que construirán cuatro prototipos de cemento y otros cuatro de otros materiales, y tendrán treinta días para levantar sus modelos de muro. Los prototipos tendrán entre 5,5 y 9,1 metros de altura y están diseñados para "disuadir el cruce de indocumentados" en el área y cumplir así con los requisitos establecidos por la Patrulla Fronteriza, detallaron las autoridades en un comunicado.
La zona en la que se erigirán los prototipos está muy vigilada por fuerzas del orden, que cuentan con un plan de contingencia en caso de que se registren manifestaciones en el lugar de construcción de este polémico proyecto.
La construcción de este muro fue una de las principales promesas electorales de Trump, que, sin embargo, carece de las cantidades millonarias para su construcción, por lo que llegó a amenazar con provocar un cierre parcial del Gobierno si los demócratas se niegan a incluir en el presupuesto los fondos para levantarlo.