Salvando vidas de bebés en tierra de Boko Haram

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Esperando turno
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Esperando turno

Pacientes recién llegados esperan en la recepción de un centro médico en Maiduguri. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Chequeos vitales
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Chequeos vitales

Al acceder al centro médico, el personal chequea los signos vitales de los niños para desviarlos a una u otra instalación según su gravedad. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Pruebas alimentarias
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Pruebas alimentarias

La doctora Ebel Lorena Ortiz, de MSF, ayuda a los gemelos Hassan y Hussaina con un test de apetito en el centro de Fori. at MSF’s nutrition centre in Fori. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Baños refrescantes
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Baños refrescantes

Todos los días, los niños del centro son bañados a las 4 de la tarde para protegerlos contra las altas temperaturas, que pueden superar los 40º e verano. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Centro sanitario
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Centro sanitario

Entrada el centro de MSF en Fori, Maiduguri. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Bebés afectados
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Bebés afectados

Aisha Muhammad, de 20 años, trae a su hija Fatima Abubakr, de 3, para que los médicos de MSF revisen las erupciones en su cara. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

Malnutrición
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Malnutrición

Una niña es pesada y atendida en el centro. (Sylvain Cherkaoui/MSF)

En el estado de Borno, Nigeria, años de conflicto en curso entre Boko Haram y el ejército han causado oleadas de desplazados e interrumpido las vidas de millones de personas. Más de un millón de personas han huido a su capital, Maiduguri, duplicando su población original.

Ante la constatación de altas tasas de desnutrición, organizaciones como Médicos Sin Fronteras trabajan en campañas de salud y alimentación, acceso al agua potable y saneamiento dentro de la ciudad. Si bien la situación se ha estabilizado gracias a un despliegue masivo de ayuda, la emergencia no ha terminado. Todavía hay núcleos vulnerables dentro de la ciudad, y la situación es frágil. Cualquier ruptura en la prestación de asistencia humanitaria podría tener graves consecuencias.

 

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