El 1 de enero de 2007 Rumanía entraría a formar parte de la Unión Europea, un territorio donde los ciudadanos podían circular libremente y que suponía un mar de oportunidades para los ciudadanos rumanos.
Uno de los sectores que más ha adolecido la entrada en la UE es el sanitario. Los médicos rumanos salen, cada vez más, de su país en busca de un trabajo más estable y mejor remunerado.
En la universidad de Cluj-Napoca, por ejemplo, hay 6.600 estudiantes de medicina, de los cuales más de 2.000 son extranjeros. El problema viene cuando los estudiantes se convierten en médicos y aspiran a tener una mejor remuneración y a trabajar en centros mejor equipados, ya que la precariedad de medios también es una realidad en Rumanía.