Alzan a sus hijos entre la marabunta de gente que se agolpa en las afueras de la estación de tren de Budapest. Esa es la manera de salvarlos de la avalancha humana que se está produciendo en la capital húngara.
La estación de ferrocarriles Keleti de Budapest ha sido reabierta tras permanecer cerrada algo más de una hora, aunque por el momento no se permite el acceso a los centenares de refugiados que esperan para subir a un tren que los lleve a los países más ricos de Europa.
Los pequeños son los que más sufren esta ola migratoria. El 30% de las personas que han llegado a Europa por Grecia este verano son mujeres y niños, que en muchas ocasiones viajan solos, sin adultos o familia, tras escapar de los conflictos armados en Siria, Irak y Afganistán, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esos refugiados intentan atravesar Macedonia con dirección a Serbia, que ven como la antesala para entrar a la Unión Europea (UE) por Hungría.
Según un comunicado de Unicef, los niños son víctimas de detenciones y controles fronterizos que ponen en peligro sus vidas y pasan de una autoridad a otra, con el riesgo de caer en lagunas legales y prácticas inadecuadas, sea en los países de tránsito o de destino.
La organización insta a las autoridades de los Estados involucrados a reconocer y tratar a todos los menores inmigrantes, sin importar su estatus legal, religión o afiliación de acuerdo a la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño.
Unicef ha establecido un espacio para la infancia en las proximidades de Geveglija, en Macedonia, cerca de la frontera con Grecia, para facilitar la ayuda a mujeres y niños en su viaje.
Este lugar tiene capacidad para 50 menores y constituye un espacio seguro donde los niños pueden descansar, mientras los padres llevan a cabo los trámites para registrarse como refugiados.
La ONG local LaStrada ayuda, además, a reunir a los niños con sus familias y les ofrece atención psicológica y servicios de desarrollo de la primera infancia.
Por otra parte, alrededor de 5.000 inmigrantes, entre los que hay cientos de niños, han sido rescatados en los últimos días en la franja del Mediterráneo que separa Italia del norte de África, indicó la ONG Save The Children