Adolfo Suárez es el último político que dará nombre a un aeropuerto pero no es algo único en el mundo. A las personalidades importantes de un país en concreto o a figuras internacionalmente reconocidas se les rinde homenaje dándoles sus nombres a los lugares de mayor tránsito del mundo: los aeropuertos. En España, es algo casi nuevo; sólo el aeropuerto de Granada se ha atrevido a ponerle un nombre más personal, Federico García Lorca.
A los ya reconocidos JFK de Nueva York o Charles de Gaulle de París, se suman otros muchos. Ésta es sólo una pequeña muestra.